Antes del verano, cuando organizamos de nuevo nuestro armario, es un buen momento para aprovechar y deshacernos de todas esas prendas que ya no utilizamos. A pesar de que estemos realmente motivados a hacerlo es probable que nos cueste mucho separarnos de nuestra ropa. Es importante conocer las razones por las cuales nos cuesta desprendernos de una prenda en particular para poder decirle adiós definitivamente. Los argumentos más comunes para justificar el no deshacernos de ella suelen ser:
Esperar perder peso
Está bien tener el objetivo de perder peso para volver a enfundarte ese par de pantalones que tanto te gustaban, pero si pierdes peso, es muy probable que quieras darte el gusto de algo nuevo. Además, puede llegar a ser bastante deprimente y contraproducente tener un montón de ropa en tu armario que no te quede bien. Si quieres mantener algo de ropa como motivación, guárdala lejos de tu guardarropa diario para no desanimarte cada vez que la veas.
Volverá a estar de moda
Este argumento es más difícil de discutir, especialmente cuando miramos a nuestro alrededor y vemos tantos recordatorios de las tendencias que dominaron las décadas de los 80 y los 90. Pero a pesar de que los estilos y los cortes de ropa pueden volver a estar de moda, las piezas antiguas no siempre aguantan bien el paso del tiempo. Las nuevas telas y la escena de la moda actual pueden hacer que las cosas vintage no se vean tan retro y sí se vean como viejas. Por eso es muy importante probarte la ropa, especialmente los artículos que tengan más tiempo. Seguramente no se ajusten al recuerdo que tenías de ellos, y esto te ayudará a tomar una decisión.
Era caro
Es normal sentirse culpable por haberse gastado dinero en algo que realmente no te gusta y que sabes que no usarás. Pero el dinero ya se ha gastado. Mantener algo solo porque crees que debes usarlo no es más que un recordatorio constante del dinero mal gastado. Mejor regálaselo a un amigo o familiar que pueda disfrutarlo, o simplemente dónalo y sigue adelante.
Buenos recuerdos
Muchas personas mirarán una chaqueta o un par de zapatos y recordarán con nostalgia cuando llevaban esa chaqueta en unas vacaciones fabulosas o que compraron ese par de zapatos en una tienda especial que ya no existe, y por esas razones se sienten obligados a mantenerlos. Es entendible, algunas pertenencias son especiales. El traje con el que te casaste y uno o dos artículos más están bien por razones sentimentales, pero no puedes quedarte con todo solo porque te recuerda algo. Por esa regla de tres, nunca nos desharíamos de nada. Ten en cuenta que tus recuerdos permanecerán contigo. Centrarse en el futuro y la importancia de dejar espacio para lo que le gustaría comprar, te resultará útil para ayudarte a deshacerte de tu ropa vieja.
Teniendo en cuenta estos argumentos te será más fácil tomar una decisión. Puedes decidir reutilizar y arreglar ropa vieja manteniendo cierta pátina encantadora y una especie de espíritu que de otra manera sería imposible reflejar. Imagina por ejemplo un viejo abrigo, algo desgastado, pero que con una pequeña restauración vuelve a cobrar vida y lo puedes disfrutar de nuevo aunque sea combinándolo con otro tipo de prendas, por ejemplo de tipo más casual.
Finalmente, si realmente decides que es hora de separarte de tus viejas prendas, hazlo de una manera que continúen su vida útil. Te gustará saber que alguien más está disfrutando de esa prenda tanto como tú lo hiciste alguna vez. Dona a organizaciones benéficas, o a sastrerías con iniciativas de este tipo en tu localidad. Una vez que la hayas donado, puedes reemplazarla con algo que te brinde la misma cantidad de placer y longevidad, que utilice telas de calidad hechas para durar, como uno de nuestros trajes clásicos Lester.