Como si se tratasen de auténticas joyas, los perfumes siempre han ocupado un lugar privilegiado en nuestro día a día. El perfume existe desde los orígenes de la humanidad y ha ido evolucionando y cambiando, hasta el punto que un mundo sin perfume sería un mundo sin historia. Es más, son muchos los que piensan que a través de su historia es posible conocer el modo de vida de las distintas civilizaciones. Por eso hoy, os descubrimos la sorprendente historia del perfume.
Los primeros indicios
El perfume se descubrió al quemar flores, plantas aromáticas y resinas. Este humo perfumado estaba estrechamente ligado a la ofrenda religiosa. Pueblos como los egipcios, mesopotámicos y griegos convertían la elaboración de perfumes en auténticos rituales, creían en su poder para purificar el ambiente y conseguir un camino más fácil para su encuentro con los dioses.
Se cree que fueron los egipcios los primeros en embotellar perfumes, ya que durante las expediciones arqueológicas del primer cuarto del siglo XX se encontraron frascos de perfume en las tumbas de los faraones. Las utilizaban principalmente en sus ritos para aromatizar el sepulcro. En Mesopotamia, nacen los aceites aromáticos corporales y el acto de rellenar las joyas con plantas olorosas para conseguir transportar ese olor fragante.
Posteriormente, durante el esplendor de la civilización griega, el acto de perfumarse se convirtió en toda una costumbre al alcance de unos pocos, donde la fragancia adquiere un valor sagrado. En Grecia estaba implantada la cultura del culto al cuerpo y el “mens sana in corpore sano”, por lo tanto, este producto pasa a ser imprescindible para élites de esta civilización.
Es más, lo que hoy se conoce como Aromaterapia ya se practicaba en este país gracias a Hipócrates, el padre de la medicina. Para éstos, el perfume sólo podía proceder de los dioses, pues además de sublimar la belleza, tenía propiedades curativas.
La cuna del perfume
El Imperio Romano fue fundamental para la difusión del uso del perfume. Empleaban los perfumes para ambientar los hogares e incluso lo utilizaban con sus legiones. Creían que mejoraban sus capacidades en el campo de batalla.
Tras la caída del imperio, los perfumes perdieron peso hasta que el comercio entre el mundo árabe y occidental comenzó a crecer. El desarrollo de nuevas técnicas y métodos impidieron que se estancase el desarrollo de la industria y se perdiese la tradición de perfumarse.
Sin embargo, en la Edad Media, el perfume sufre el periodo de mayor retroceso de su historia. La Iglesia, con su imparable poder en tiempos de Inquisición, prohíbe totalmente el uso del perfume. Con el paso del tiempo, gracias al comercio, los europeos descubrieron las magníficas esencias que los árabes desarrollaron durante siglos. Estas nuevas esencias levantaron tanto interés, que los Cruzados, durante la Guerra Santa, consiguieron traer al viejo continente dichas técnicas.
Ya en el Renacimiento, la reina Catalina de Médici pone de moda el uso del perfume en el país galo. Posteriormente, la corte de Luis XV, conocida como “la corte perfumada”, mostró gran interés en desarrollar la producción de las aguas de colonia, creando laboratorios dedicados exclusivamente al estudio y elaboración de estas fragancias.
Se cree que esta inversión fue provocada por la escasa higiene de la época. Es en esta época cuando aparece el pomander o poma, un nuevo instrumento que simulando ser una joya servía como recipiente de esencias, hierbas y perfumes.
Finalmente, con la llegada de Napoleón, acérrimo amante las fragancias, se creó una gran industria alrededor de la perfumería que movía una gran cantidad de dinero y que no ha dejado de crecer hasta la actualidad.
La nueva perfumería
En la actualidad el mundo del perfume abarca tres ámbitos diferentes: el cultivo de plantas para perfumería; el conocimiento y la transformación de las esencias naturales; y el arte de elaborar perfume. Podemos decir que la industria de la perfumería sigue siendo un peso pesado para la economía mundial.
Existen un sinfín de fragancias para todos los gustos, necesidades y estilos de vida. Hoy en día, es posible elegir una fragancia a medida capaz de representarnos, puesto que su finalidad sigue siendo la de servirnos como carta de presentación al mundo.
Además, los maestros perfumistas ya no buscan sólo conquistar con su fragancia o ser atractivos visualmente con un seductor frasco, sino también que su influencia llegue más allá. Por ello, la moda ha absorbido gran parte de la industria de los perfumes. Nace una nueva era “el perfume de diseñador” dominado fuertemente por los símbolos de identidad.
¿Cúal es tu perfume o fragancia favorita? ¿Conoces su historia? Cuéntanoslo en los comentarios.
1 comentarios
Los unicos como Farenheight, Loewe 7,, Terre d’Hermes.