¿Alguna vez has abandonado rápidamente los objetivos que te habías propuesto cumplir? Esto ocasionado, por norma general, por la ausencia de motivación personal necesaria para conseguir alcanzar las metas que nos proponemos.
Por eso, a continuación te contamos una serie de consejos para que puedas trabajar y aumentar tu motivación personal.
¿Qué es la motivación personal?
La motivación es un concepto directamente ligado con la psicología. Es una idea que ha tenido a lo largo de los años distintos estudios como la Teoría de Maslow, que establece una jerarquía de necesidades humanas.
La motivación personal es ese impulso que nos lleva a cumplir los objetivos que nos proponemos a lo largo de nuestra vida de una forma entusiasta. Es uno de los motivos de éxito empresarial, pues focalizarse en un deseo permite trabajar en él con mayor facilidad, con un rendimiento mayor.
¿Por qué es importante la motivación personal?
La automotivación es necesaria para poder superar los obstáculos a los que nos presentamos a corto y largo plazo. En un mundo donde es común no saber por qué nos fijamos ciertos objetivos, la motivación personal es el indicador correcto de que esa meta es la que realmente nos apasiona.
Una buena motivación personal nos aportará eficiencia; eficacia, así como una mayor productividad laboral y personal. Nos ayudará a sentir más energía, a gestionar el estrés y a alcanzar el éxito en todos los ámbitos que nos propongamos.
Tipos de motivación
En general, podemos clasificar los tipos de motivación personal en dos categorías que presentan unas características propias.
Motivación extrínseca
La motivación proviene de agentes totalmente externos a nuestra persona, por lo que la satisfacción se genera por la obtención de una recompensa, como recibir un salario por un trabajo, o por un estímulo externo como recibir buenas palabras por una acción.
El problema de este tipo de motivación es que tiene una respuesta a corto plazo, el incentivo por el que realizamos el trabajo desaparece rápidamente. Por ello, es muy difícil mantener a lo largo del tiempo los proyectos que vienen motivados por incentivos externos. En algún momento del camino nos preguntaremos por qué estamos haciendo ese esfuerzo.
Motivación intrínseca
Por el contrario, la motivación personal intrínseca nace de un interés personal, de nuestro interior. Buscamos una superación personal, aumentando aspectos tan importantes como nuestra autoestima y fuerza mental. Esto hace posible que se pueda mantener el esfuerzo a largo plazo.
Este tipo de motivación en el que se trabaja por y para uno mismo ayuda a crecer y a tener un mayor deseo de superación personal. Durante el proceso sentiremos mayor satisfacción simplemente al realizar la propia actividad, ya que trabajamos en algo que nos ayuda exclusivamente a nosotros.
Consejos para mejorar nuestra motivación personal
Márcate objetivos
Marcarnos nuevos objetivos a corto, medio y largo plazo nos ayuda a alejarnos de la monotonía y el estancamiento personal y profesional.
Establecer metas alcanzables y planteadas de forma gradual nos permitirán mantener la motivación personal, ya que podremos ir viendo resultados poco a poco que nos animen a continuar trabajando en el objetivo final.
Descubre tus gustos e intereses
Es necesario descubrir qué nos hace realmente felices, pues trabajar en algo que nos gusta hará que el esfuerzo a realizar sea menor y las ganas de conseguirlo mayores. Además, enfocarnos en nuestras pasiones y gustos ayudará a mejorar nuestra salud psicológica a largo plazo.
¿Cómo sabemos qué es lo que realmente nos interesa? Solo debemos pensar en aquello que hacíamos en nuestra infancia, en lo que hacemos para desconectar de un día duro. Puede ayudarnos a descubrirlo pensar en nuestros deseos y en qué recuerdo nos gustaría dejar en los demás.
Sin constancia no hay motivación
Seguro que has escuchado que la constancia es la clave del éxito, y es que esta es la forma de construir una disciplina de trabajo que nos habitúe para conseguir las metas planteadas.
Motivación y constancia están directamente ligadas pues, sin la primera que nos ayuda a comenzar la actividad con ilusión, no podríamos llegar a construir una costumbre que nos permita adquirir la segunda.
La organización es importante
Cambiar los hábitos para conseguir una disciplina y orden en nuestro día a día nos ayudará a aumentar nuestra motivación personal y laboral.
Una buena planificación y una rutina saludable evitan que nos sintamos sobrecargados, lo que puede ocasionar una desmotivación a largo plazo. Además, aplicar estas ideas quayudan a aumentar nuestra eficiencia. La disciplina nos facilita el trabajo que hacemos de forma diaria para conseguir la meta que nos planteamos.
Permítete descansar
En muchas ocasiones pensamos que el trabajo es una cuestión diaria. Sin embargo, un gran esfuerzo de forma constante puede afectar a nuestra motivación que también requiere de cierto equilibrio.
Cuando carecemos de tiempo de desconexión podemos llegar a sentir cierto cansancio y hastío, síntomas propios de desmotivación que se puede evitar con días libres alejados del trabajo en nuestros objetivos.
Desarrolla un personalidad resiliente
Una persona resiliente es aquella es capaz de adaptarse a situaciones comprometidas, cambiantes y/o complicadas. Se trata de una característica fundamental para conseguir ser persistente.
Este tipo de personas pueden afrontar y recuperarse de un contratiempo inesperado y asumen mayores riesgos en el camino de alcanzar sus objetivos.
La resiliencia es una cualidad que se puede trabajar, no es necesariamente innata. Buscar actividades que ayuden a desarrollar la creatividad; tener una actitud así como lenguaje optimista; trabajar y desarrollar la inteligencia emocional y buscar el aprendizaje de cada situación negativa son tareas que podemos hacer para mejorar la resiliencia.