Los años que siguieron a la Primera Guerra Mundial y el brote de la gripe española, estuvieron marcados por un periodo de exceso, exuberancia y extravagancia que conocemos como “los locos años veinte”.
Tras años de racionamiento y moderación, lo que vestías indicaba quién eras, e incluso, si merecía la pena conocerte. Es posible que este último pensamiento esté superado, pero todavía nuestros guardarropas indican quiénes somos y qué queremos ser. Por aquel entonces, ni el mejor champán ni un precioso charleston; era la “buena ropa” el ingrediente secreto para una opinión respetada en cualquier evento.
Ahora, en la era posterior a la pandemia, los pronosticadores de tendencias señalan que estamos a punto de repetir la historia con un boom propio similar. Así que presta atención, ya que algunas lecciones de estilo centenarias podrían arrojar luz sobre lo que le espera a nuestro armario.
Una vestimenta sin sombrero, es una vestimenta inacabada
En su momento, los sombreros formaban parte omnipresente de nuestro conjunto, tal y como sucede con nuestros teléfonos a día de hoy. Ya fuera por modales o por estilo, en aquella época era impensable salir de casa sin sombrero para cualquier hombre.
Quizá el clásico sombrero homburg no vuelva tan pronto, pero lo cierto es que el sombrero de pescador que tan de moda se ha puesto, a lo mejor se convierte en el equivalente más moderno de un canotier.
El traje de salón como prenda estrella
Actualmente los trajes de la década de 1920, se consideran algo serios según los estándares vigentes. Sin embargo, en ese momento se confeccionaban con telas más livianas y disponibles en combinaciones de colores liberadoras para los hombres que las llevaban.
Se podría decir lo mismo de los blazers y sastrería desenfadados de hoy en día, que resultan tan cómodos como la ropa de salón a la que nos hemos acostumbrado, y que también es apropiada para la oficina.
La reaparición del esmoquin
Cierto es que no es hasta años más tarde de los años veinte, en que los hombres abandonaron por completo los trajes de cola. Este tipo de vestimenta, que apareció unas décadas antes, comenzaba a utilizarse por parte de la alta sociedad británica y estadounidense en una compañía más informal.
Puesto que estos últimos años no hemos tenido la ocasión de vestirnos de punta en blanco, se rumorea que nuestra etapa posterior a la pandemia marcará el comienzo de un renacimiento de la ropa formal.
De nuevo, la raya al centro
Según los estándares conservadores de los hábitos de aseo en ese entonces, los estilos de peinado para los hombres variaban notablemente.
No obstante, dado que lo normal era llevar puesto un sombrero en la cabeza, en general, la mayoría de las personas se peinaban hacia atrás con aceite.
Un atleta bien vestido
Algunas prendas deportivas de la década de 1920, se han abierto camino desde entonces en los armarios de los hombres modernos. Como es el caso del polo de manga corta, o el clásico suéter de cricket, posteriormente reinventado por diseñadores en todo tipo de formas.
¿Qué opinas, te animas a crear tu propio estilo de los años veinte? Pásate por nuestra tienda y llévate tus prendas veinteañeras y aprovecha las Segundas Rebajas, ¡hay hasta un 50% de descuento!