Un elemento básico y clásico en la moda del hombre desde hace muchísimos años, sigue siendo la camisa Oxford. De hecho es muy probable que hayas vestido varias camisas de este tipo, incluso sin saberlo. Se trata una valiosa adición a tu fondo de armario para todo el año, ya que este tipo de prenda nos será útil desde el estilo casual hasta el más elegante.
¿De dónde procede su nombre?
En realidad su nombre no tiene nada que ver con el tipo de camisa. Ni siquiera estaba hecha en Oxford. Se le llama de esta manera porque así se denominaba a la tela con la que se confecciona, que utiliza un tejido de cesto único y aspecto lustroso, originario de Escocia durante el siglo XIX.
La historia dice que una fábrica escocesa llamó a sus cuatro tipos de telas como las más importantes instituciones universitarias de la época: Cambridge, Yale, Harvard y, la que nos ocupa, Oxford (de ahí el nombre). Al parecer los jugadores de polo fueron los primeros en vestir esta tela durante sus partidos. Esta podría ser la razón por la cual se asocia sobre todo con un estilo pudiente y casual elegante.
¿Por qué debería tener una camisa Oxford?
Existen varias razones de peso. Ante todo, porque es una prenda muy cómoda de llevar. Además es tan versátil que nunca te sentirás fuera de lugar con ella, ya sea en el bar o en la oficina.
Otra razón importante es su durabilidad. Debido a su tela más gruesa y al tejido, las Oxford son camisas muy elásticas y duraderas.
¿Cuál es la diferencia entre una camisa Oxford y una camisa estándar?
En el siglo XIX, las camisas eran bastante caras. Entonces apareció la camisa Oxford, como un boom inmediato, debido a que era una alternativa más barata y versátil para la creciente clase media de la época. Hay que tener en cuenta también, que durante aquellos años, la versión original tenía puños y cuello desmontables.
Hoy en día, sin embargo, la principal diferencia con la camisa estándar se debe a su estructura. Las camisas clásicas generalmente están hechas con materiales que podríamos denominar “finos”. La tela Oxford tiende a ser más gruesa, por lo que puede resultar algo más informal.
Además tiene un cuello tipo botón que elimina el problema de los cuellos que se doblan y se aplanan, o que desaparecen debajo del cuello de la chaqueta.
¿Con qué puedo usarla?
Lo mejor de la camisa Oxford, como ya comentábamos, es que es muy versátil y cómoda de llevar. Se puede combinar fácilmente con otros elementos para crear un aspecto tanto elegante como informal. Por ejemplo, si optas por este último, puedes unirla simplemente con unos pantalones vaqueros o pantalones cortos, y un par de zapatos con clase, como unos mocasines. También la puedes combinar con pantalones chinos, unos bonitos zapatos brogue (evolución de los zapatos tipo Oxford), una blazer y una corbata de punto para un toque elegante definitivo.
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