Es posible que, a estas alturas, haya más de uno y de dos que, sin ánimo de ponerse excesivamente cínicos, levante una (o hasta dos) cejas ante la moda de la cocina de vanguardia. Es verdad; también ha habido más de uno y de dos cocineros (y no sólo aspirantes de) que han querido rizar el rizo tanto que han roto la cuerda de tanto tensarla. Pero esta interesante y a menudo genial tendencia culinaria se ha visto muy perjudicada por una serie de intentos vanidosos, pero muy sonados, de exhibición de técnicas enrevesadas, conceptualizaciones innecesarias o un simple y llano “aquí estoy yo y mi santa estampa”.
Por eso queremos hoy hablar del arte de Disfrutar. En el número 163 de la calle Villaroel, justo frente al Mercado de El Ninot, allá por Barcelona, este restaurante con nombre infinitivo es de las mejores apuestas, no sólo para reconciliarse con una cocina nueva y original, sino para agarrar ese verbo con ambas manos y en toda regla.
Se trata del segundo proyecto de los que fueran, en sus últimos años hasta su cierre, los Jefes de Cocina de elBulli, bajo la batuta de Ferrán Adrià. Eduard Xatruch, Oriol Castro y Mateu Casañas emprenden, tras su primer proyecto Compartir (en Cadaqués), un nuevo capítulo con nombre de propuesta que, dicen, no es una réplica del primero.
En Compartir, el concepto era evidente; platos destinados al centro de la mesa donde la reunión se forja sobre la comida. El concepto de cocina de mediterránea de corte moderno favorecía esta comunión entre los comensales, y su ubicación en la Costa Brava (lo suficientemente recluida para no desalentarnos), pues tampoco dañaba a la idea.
En Disfrutar, por su parte, aunque efectivamente están presentes los platos comunes, persiguen el concepto de menú degustación a la carta. Es decir: disfrutar de la comida en todas las formas y colores posibles, de una forma flexible y variada. Cócteles de bienvenida, aperitivos, tapas unitarias; experiencias para un paladar y un paladar solo que, disfrutando de un bocado único o de un plato compartido, descubre el porqué del nombre de este lugar. Disfrutar de la comida y la bebida es moverse, probar, cambiar…
Si se os abre el apetito, pero seguís con una ceja cáustica alzada, os diré que tampoco son de los que te dejan la cuenta para que se te caiga el bigote; podéis elegir entre sus dos menús completos de 65 y 95 euros. Diríamos que no está nada mal; buena comida, buena experiencia y buen precio… ¡a Disfrutar se ha dicho!