La historia del vino se ha entrelazado desde siempre con la historia y el devenir del hombre. España es el país con mayor extensión cultivada de viñas en el mundo, cuenta con una histórica cultura de producción. Podemos decir que representa un icono en la cultura del vino, pues su tradición y desarrollo en el tema ha permitido servir como modelo a otros países productores.
En el post de hoy, viajaremos en la historia hasta encontrarnos con el origen de los vinos actuales de nuestro país. ¿Te apuntas?
Los orígenes del vino
El vino es una bebida procedente del zumo de la uva, un fruto con una tendencia natural a fermentar, por lo que probablemente, haya sido la primera bebida alcohólica que conoció la humanidad.
Existen evidencias arqueológicas datadas en el periodo que va desde el 8000 al 5000 a. C, de las que se deduce que las producciones de vino más antiguas provienen de una extensa área que abarca Georgia e Irán. Los primeros indicios de una producción controlada de vino datan de la Edad de Bronce, aproximadamente en el 3.000 a.C en la antigua Mesopotamia, en las tierras regadas por los ríos Tigris y Eúfrates.
Desde aquí, conquista oriente próximo, la Grecia clásica y finalmente Roma, que extendió su cultivo y consumo por todo el Imperio Romano. La necesidad de abastecer al vasto imperio y sus legiones, contribuyó a intensificar el tráfico comercial que habían alcanzado hasta entonces los vinos españoles.
Tras la caída del imperio, con las Invasiones Bárbaras muchas plantaciones de vid se vieron arrasadas. La invasión resultó un desastre para el mundo del vino, ya que estos prohibían el consumo de alcohol entre su población.
Ya con la Reconquista, se volvió a abrir la posibilidad de exportar vino español. Bilbao surgió como un gran puerto comercial, a través del cual se introducían vinos españoles en los mercados ingleses.
Expansión a un nuevo mundo
Con la llegada de España a América en 1492 (Época Moderna), se abrió un mercado nuevo para la exportación, así como nuevas oportunidades para la producción de vino. Esta expansión se produjo gracias a los misioneros y conquistadores españoles que llevaron vides europeas a las nuevas tierras.
La piratería inglesa, aunque perjudicial para los intereses de los comerciantes españoles, jugó también un papel decisivo en la difusión del vino español en Inglaterra. El Jerez, gama de vinos españoles que se cría en ciertas ciudades andaluzas denominadas como Marco de Jerez, fue muy conocido en esta época como “Sherry” y gozó de gran popularidad entre la comunidad inglesa.
En cambio, los constantes conflictos con Inglaterra hicieron aumentar enormemente la deuda del país. Consecuentemente España pasó a ser más dependiente de los ingresos de sus colonias, incluida la exportación de vino a América, en tanto que las industrias vinícolas americanas (Perú, México, Argentina y Chile) fueron consideradas como competidoras de la industria peninsular. El rey, Felipe III, intentó frenar la expansión de los viñedos del Virreinato de Perú, aunque dicha medida no tuvo demasiado éxito.
Durante los siglos XVII y XVIII, fueron épocas de popularidad para varios vinos españoles, especialmente para Jerez, Málaga y Rioja, pero más adelante la industria vinícola española perdió competitividad ante otros países productores.
En el s.XIX la epidemia de la filoxera arrasó los viñedos europeos, en especial los franceses. La escasez repentina de vino francés contribuyó a consolidar la viticultura en España. La filoxera terminó por alcanzar España, devastando regiones como Málaga en 1878, y La Rioja en 1901. En poco tiempo llegó el remedio del injerto y fue utilizado extensamente por todo el país.
A finales del s.XIX, nace la industria del vino espumoso en España con el desarrollo del cava en Cataluña, y más adelante se estableció el sistema de Denominaciones de Origen, siendo la primera en La Rioja en 1926. También fue la primera región española donde se comenzó a embotellar el vino. Con el embotellado, se definió el paso de vinos de consumo transportados a granel en barrica a vinos de mayor calidad.
Pronto, la calidad y el volumen de producción de vinos aumentó y con ella la reputación de España. Actualmente, España es el mayor productor competitivo en el mercado del vino con una amplia oferta de vinos muy característicos de nuestro país.
Variedades de uva española
Existen más de 600 variedades de uva en España, pero son 20 variedades las que concentran el 80 % de la producción de vino del país.
La uva más plantada es la variedad blanca Airén. La uva tinta Tempranillo es la segunda variedad más extensamente cultivada, eclipsando hace poco a la Garnacha. Ambas son utilizadas para elaborar tintos de mucho cuerpo asociados con Rioja, Ribera del Duero y Penedés.
En el noroeste, las variedades blancas de vino de Albariño y Verdejo, son uvas populares en las Rías Baixas. El Cava producido en las regiones de Cataluña, se elabora con Macabeo, Parellada y Xarel, también usadas para la producción de vinos blancos. En el sur, las principales uvas son Palomino y Pedro Ximénez.
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