Yo no sé quién se inventó
la grandísima mentira
que defiende que el trabajo
a los hombres dignifica.
Porque pasar 8 horas
calentando una silla
es tan digno como amar
a un pinchito de tortilla.
Pero ya que uno tiene
que hacer algo en la vida
al menos lo puede hacer
con elegancia objetiva.
Todas las mañanas pienso
en la suerte que he tenido
al poder vestir mi cuerpo
con los más suaves tejidos,
un buen traje de dos piezas,
calcetines y zapatos,
una corbata discreta
y llegar así al trabajo.
Es genial la sensación
de sentirte elegante
para afrontar cualquier reto
que se ponga por delante.
No sé ustedes pero yo
me encuentro hasta más listo
mirándome en el espejo
y diciendo ¡Dios, qué tipo!
No olvidemos que la estética
es también una virtud
y una forma de vivir
siempre con buena actitud.
Aquí tienes una nueva historia con las que el tándem formado por el escritor Bosco Ussía y el ilustrador Gonzalo Muiño nos están acercando las normas no escritas que nos ayudarán a escoger las prendas adecuadas para cada ocasión. En esta entrega, ambos artistas nos aconsejan cómo afrontar mentalmente y en la vestimenta, uno de los trayectos más importantes del día: de camino al trabajo.