A la hora de vestir, existe una gran diferencia entre lucir unos zapatos limpios y unos zapatos bien lustrados. Un calzado lustroso es un complemento muy importante en el conjunto de tus outfits, ya que por muy perfecto que sea el look que hayas escogido, si apareces con el calzado sucio lo habrás estropeado.
Una técnica con historia
Las técnicas de abrillantado de los zapatos siempre han sido un arte. Un ejemplo de referencia es el Brift H, el primer salón de los zapatos en Japón, un espacio a modo de club donde se puede apreciar cómo se pulen los zapatos con diferentes técnicas.
Como dato curioso, en otras épocas los hombres limpiaban sus zapatos con métodos menos ortodoxos, tal y como hacían los antiguos militares, con la técnica “old school”. Este procedimiento no era del todo agradable, ya que consistía en escupir y en su quemado. ¡Como lo lees! Te lo explicamos a continuación.
Esta técnica old school empieza con la fase de “escupir”, que no usa necesariamente la saliva, sino pequeñas cantidades de agua tibia para que el lustre penetre en el grano de cuero. Una vez completada esta fase, se aplica la técnica del quemado, para llevar el lustre a la parte interior del cuero. Simplemente aplicando una fuente de calor con accesorios caseros como velas o secadores de cabello, se puede producir este efecto y hacer que tus zapatos reluzcan.
Por extraño que parezca, un buen zapato dice mucho de ti; quién y cómo eres. Así que si quieres causar buena impresión, debes conocer qué técnicas de limpieza requiere cada material, y así aprender cómo pulir tus zapatos para conseguir un brillo y acabado perfectos, presta atención a los siguientes consejos.
Cómo limpiar zapatos de cuero
En el caso de los zapatos de cuero, antes de comenzar a abrillantarlos necesitas eliminar la suciedad y el polvo. Desde Lester te recomendamos usar un paño de microfibra y productos de limpieza especialmente creados para el calzado. Os aconsejamos realizar una pequeña prueba de limpieza en una zona menos visible del zapato, con un producto de alta calidad para no arriesgarte a sorpresas desagradables.
Para los que prefiráis emplear productos caseros de limpieza, la cáscara de plátano fresco, el aceite de oliva, la vaselina y la clara de huevo son algunos de los que suelen dar mejor resultado. Si nos saltamos este paso, es posible que el proceso de pulido se pueda complicar.
A continuación, aplica el betún del color correspondiente o incoloro, si fuese necesario. Una vez secado el betún, elimina el exceso con un cepillo adecuado para darle brillo. Para conseguir un pulido espectacular y brillante, puedes utilizar calcetines viejos de nylon o un trapo seco suave realizando movimientos firmes sobre la superficie del zapato, de tal forma que cada capa se seque al aplicarla.
Recuerda nutrir los zapatos para hidratar el cuero con las cremas hidratantes especiales para cada zapato, y evitar que se agrieten y abran. Sería recomendable realizar este mantenimiento dos o tres veces al año.
Cómo limpiar zapatos de ante o lona
El cuidado de las zapatillas de ante y lona tiene sus propias técnicas, estos son los pasos que debes seguir para mantenerlas bien relucientes.
Por un lado está el ante, quizá el material más delicado de toda esta lista y como sabréis por experiencia, más propenso a estropearse, por lo que necesita bastantes cuidados.
La forma tradicional de limpiar este material es utilizando un cepillo de cerdas metálicas y, curiosamente, una goma de borrar especial. Utiliza el cepillo para eliminar el polvo, y la goma de borrar -si no tienes esta goma especial, puedes sustituirla por una bola de miga de pan blanco- para deshacerte de cualquier mancha pequeña.
Teniendo en cuenta los avances del mercado en productos de limpieza para zapatos, os recomendamos utilizar sprays protectores especiales para tratar materiales de este tipo, como la gamuza. Ayúdate con un cepillo de cerdas naturales para dejarlos como nuevos.
Si queremos deshacernos de manchas más complicadas, humedecemos un trapo con vinagre blanco frotando con cuidado, secamos con un papel absorbente y lo dejamos secar.
Si lo que buscamos es limpiar el zapatos de manchas de agua, lo que haremos es humedecer el zapato de forma uniforme. Después, colocamos papeles de periódico dentro del zapato para que no se deforme, y retiramos los restos de agua con una esponja para dejar secar sin exponerse a la luz directa.
Por otro lado, limpiar zapatos de tela o lona es bastante más sencillo, ya que se pueden meter en la lavadora o lavarlos a mano. Sin embargo, desde Lester os recomendamos el segundo método, pues un uso prolongado de la lavadora puede dañar el calzado.
Para la limpieza de este material, utilizaremos agua, jabón neutro y un cepillo. Antes de nada, si la zapatilla lleva cordones, lo primero es quitarlos. Lo que debes hacer es poner en agua fría un poco de jabón neutro o el que solemos utilizar para nuestra ropa.
El siguiente paso es dejarlas bajo el grifo para retirar el jabón y después dejar secar al aire libre o bien sobre los radiadores. Es importante no ponerlas al sol, puesto que el color irá desapareciendo.
Cómo limpiar zapatos de charol
Este material es ideal para el día a día, aunque hay que tener especial cuidado con los rayones y la suciedad, ya que en el charol se nota al instante. Uno de los mejores productos caseros para sacar brillo al charol, es el aceite de oliva.
Para conseguir que un zapato de charol se vea brillante, debemos tener a mano un trapo suave y crema o ceras especiales para hidratar y evitar que se pelen o desgasten. En primer lugar, elimina el polvo acumulado con el trapo humedecido en agua y déjalo secar.
Acto seguido, aplica la crema especial con un trapo seco, y si no dispones de ella, puedes utilizar un poco de aceite de oliva o cualquier crema hidratante grasa que tengas por casa. Finalmente para sacar brillo al charol, usa un trapo de algodón para frotar.
Cómo limpiar zapatos de piel
Para los zapatos de piel, se seguirán pasos similares a los de los zapatos de cuero. Primero debemos eliminar la suciedad con un cepillo y utilizar un paño suave o de algodón humedecido en agua tibia para eliminar las manchas.
Luego viene la hidratación de la piel para que no se resquebraje. Para ello, utiliza cremas especiales que también aportarán brillo. Aplica el betún para devolverle su color natural y finalmente dejar secar. Por último vuelve a cepillarlos y utiliza una gamuza de algodón o hilo para frotar el zapato hasta que quede reluciente.
Ahora ya no hay excusa para llevar tus zapatos impecables y relucientes para un caminar elegante. ¡Parecerá que siempre llevas zapatos recién comprados!
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