El mundo del deporte está repleto de historias de superación que resaltan y dejan claros cuales son los valores reales de éste. Son muchos los atletas que se han esforzado y han conseguido ser verdaderas estrellas a pesar de las adversidades, consiguiendo dejar huella en sus disciplinas.
Hoy en Lester te contamos algunas de las historias de superación en el deporte más impresionantes protagonizadas por deportistas que han marcado un antes y un después.
Muhammad Ali
Uno de los boxeadores más icónicos del mundo tiene detrás una de las historias de superación más importantes del deporte. Tras enfrentarse a la discriminación racial desde pequeño, comenzó a sobresalir en el boxeo desde las categorías amateur.
En las olimpiadas de Roma 1960, ganó una medalla de oro en la categoría de peso completo. Ya en 1964, con tan solo 22 años, ganó el título mundial de peso completo contra Sonny Liston.
En 1967, Ali tomó una de las decisiones más controvertidas: rechazar el reclutamiento del ejército de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam. Esto le costó su título, la licencia de boxeo y fue condenado por evadir el servicio militar. Tres años después, volvió al ring y en 1974 culminó su carrera con una de las peleas más importantes de la historia del deporte, “Rumble in the Jungle” donde derrotó a George Foreman.
Bethany Hamilton
La vida de Bethany Hamilton es una de las historias de superación más inspiradoras del mundo del deporte y se ha llevado numerosas veces a la gran pantalla.
Desde muy joven, Bethany destacó por su talento para el surf. Sin embargo, con tan solo 13 años su vida daría un cambio radical, pues fue atacada por un tiburón y le arrancó su brazo izquierdo.
Tras un único mes de rehabilitación para curar la herida, volvió a lanzarse al agua con una tabla modificada para así poder competir. Bethany trabajó para perfeccionar su técnica y consiguió hacerse con varios títulos competitivos del mundo del surf.
Sin duda, la surfista hawaiana es uno de los mejores ejemplos de resiliencia, determinación y motivación en el mundo del deporte, así como a nivel personal.
Michael Jordan
Hoy en día, mencionar de Michael Jordan es hablar de éxito y de uno de los mejores deportistas de la historia, pero todo se debe a su mentalidad de esfuerzo y trabajo.
Desde secundaria, fue rechazado del equipo de baloncesto por ser demasiado bajo. Gracias a su esfuerzo continuo y al trabajo de su habilidad, fue seleccionado por un equipo. En su etapa universitaria ganó el campeonato de la NCAA con un tiro ganador consiguiendo una reputación como futura estrella.
Nueve años después de entrar en el Draft de la NBA y liderar a los Bulls, anunció su primer retiro para intentar tener una carrera en el béisbol en 1993. Pasados dos años, volvió al baloncesto y a liderar la NBA.
A pesar de las distintas lesiones a lo largo de su carrera, el liderazgo y la competitividad insaciable de Michael Jordan han permitido que pueda jugar hasta los 40 años conseguir seis anillos, seis MVPs en finales y una medalla en los JJOO de Los Ángeles 1984.
Luka Modric
El capitán del Real Madrid y ganador del Balón de Oro vivió en primera persona, con tan solo cinco años, la Guerra de los Balcanes. El pequeño pueblo donde nació y se crió, fue uno de los puntos afectados y bombardeados. El futbolista vió cómo su abuelo perdía la vida por culpa del conflicto.
Su familia tuvo que trasladarse a Zadar para poder sobrevivir. Se refugiaron en el Hotel Kolovare donde, jugando con otros niños, destacaba ya su nivel futbolístico. Su increíble control de balón hizo que los empleados le pusieran en contacto con el Nk Zadar, donde acabó enseñando su nivel a toda Croacia.
Gracias a este equipo, pudo fichar por el famoso club Dinamo Zagreb y, posteriormente, llegó al Real Madrid donde ha ganado los títulos individuales y colectivos más importantes del mundo. Además, se ha convertido en un icono de su país, es el capitán de su selección y llegó a la final de la Copa del Mundo en 2018.
Kieran Behan
El gimnasta irlandés Kieran Behan tiene detrás una de las historias de superación más impresionantes del mundo de la gimnasia.
A temprana edad demostró una gran habilidad para la gimnasia pero, a los 10 años de edad, le diagnosticaron un tumor en uno de sus muslos. La operación salió tan mal que dañó uno de sus nervios y dejó la pierna de Kieran inservible. Los médicos diagnosticaron que no volvería a andar y nunca podría hacer gimnasia.
Tras una dura rehabilitación de 15 meses y tras atención psicológica, el irlandés volvió a caminar y entrenar. Sin embargo, en una rutina con la barra, golpeó su cabeza ocasionando un traumatismo craneoencefálico que provocaba mareos e inestabilidad.
Pasó cerca de tres años recuperándose, sufriendo lesiones y trabajando a la vez en limpieza para poder volver al deporte hasta que, en 2011, ganó tres medallas en el World Challenge Cup. Tras una década de lucha, Kieran consiguió convertirse en el primer irlandés clasificado para los Juegos Olímpicos en 60 años.