Ser una persona productiva es uno de los principales objetivos de todas las personas que llevan a cabo un trabajo. Conseguirlo conlleva aumentar la efectividad de nuestra labor en un menor tiempo. Y el resultado de esta fórmula que planteamos es nuestro objetivo: lograr la mayor productividad laboral.
No obstante, la productividad no es una cualidad innata. Existen formas y métodos que podemos aplicar a nuestra rutina diaria para mejorar nuestra eficacia. Por eso, desde Lester, hoy os traemos 10 hábitos para aumentar la productividad laboral que podemos empezar a aplicar a nuestra vida laboral y personal.
1. Cuida tus hábitos
Mantener buenos hábitos de alimentación y del sueño son aspectos fundamentales para mejorar nuestra salud así como la productividad en el trabajo. Necesitamos dormir una media de ocho horas seguidas al día para considerar que hemos descansado bien y de forma saludable.
Además, debemos cumplir estos hábitos de sueño en un horario lógico en el que, por ejemplo, descansemos en las horas correspondientes a la noche y podamos madrugar. De esta forma, será más fácil aprovechar las horas en las que nuestro cerebro es mucho más activo. Y es que, por las mañanas, tenemos mayor capacidad de concentración y resolución de lo que sucede a nuestro alrededor.
2. Planifica tu día a día
Planificar nuestra jornada de trabajo es una de las mejores formas de aumentar nuestra productividad laboral. Tener una lista de tareas diaria evitará que perdamos tiempo pensando en el siguiente paso. Una buena organización facilita la jerarquía de las funciones, ayudando así a la productividad laboral.
¿Cómo podemos gestionar nuestro día? Marcándose objetivos diarios, factibles y que dependan únicamente de nosotros. Cuando nos marcamos metas muy grandes y a largo plazo, podemos llegar a frustrarnos por no ver éxitos y esto afecta directamente a nuestro rendimiento. Por eso, ver que logramos lo que nos proponemos de forma diaria, nos motivará para seguir trabajando.
3. Trabaja por bloques de trabajo con descansos
Ser productivo no es sinónimo de trabajar más, sino de trabajar mejor. Evitar las distracciones durante toda la jornada laboral es imposible y, por eso, necesitamos descansar. Varios estudios confirman que las pausas entre tareas nos ayudan a reactivar el cerebro y nos permiten afrontar la siguiente tarea con mayor energía.
Por otra parte, es importante identificar nuestras horas más productivas. Si sabemos en qué momento del día somos más eficientes, podemos destinar esos minutos a las tareas más complicadas que requieren un mayor esfuerzo por nuestra parte. En cambio, aquellas tareas rutinarias y que hacemos de forma mecánica, las podemos realizar en nuestras horas más bajas.
4. Evita las distracciones
La productividad y las distracciones son grandes enemigas y, para poder ponerles fin, tenemos que identificar qué estímulo nos está haciendo perder tiempo. Una vez sabemos qué es lo que está interfiriendo en nuestro rendimiento, debemos buscar la mejor solución. Por ejemplo, si lo que nos ocupa tiempo son las redes sociales, podemos dejar el teléfono en otra habitación.
Existen aplicaciones para evitar la procrastinación. Forest es, quizá, la más famosa. En ella plantamos un árbol virtual mientras no utilizamos nuestro teléfono y si salimos de la aplicación para malgastar nuestro tiempo, el árbol plantado se marchitará.
5. Dedícate a una sola tarea
Seguro que estás familiarizado con el término multitasking, es decir, hacer varias tareas a la vez. Y puede que pienses que es una gran habilidad. Sin embargo, la multitarea es una gran debilidad para aquellos que quieren ser productivos.
Para aumentar nuestra productividad laboral, debemos centrarnos en una única tarea en la que volcar nuestra atención y esfuerzo al 100%. Si hacemos varias labores al mismo tiempo, estamos perdiendo totalmente nuestra concentración.
6. Metodología GTD
GTD (Getting things done) es un sistema de gestión de tareas creado por David Allen. El principal objetivo de este método es aumentar el rendimiento, la capacidad y la innovación de los trabajadores. La solución planteada se resume en:
– Recopilar todas las tareas que tenemos pendientes, independientemente de su extensión o importancia.
– Procesar todos los trabajos recopilados y el tiempo que lleva realizarlos.
– Organizar la fecha y tiempo de las tareas. Clasificar cada ocupación y ordenar todo el contenido necesario para poder llevarla a cabo.
– Revisar las listas de funciones pendientes y reubicarlas.
– Ejecutar los trabajos que hemos organizado.
7. Crea un buen ambiente laboral
El entorno del espacio de trabajo también afecta a la productividad laboral. Tanto el espacio físico de trabajo, como las relaciones entre trabajadores, intervienen en nuestra eficiencia a la hora de realizar nuestras tareas.
Es necesario que nuestro lugar de trabajo esté limpio y ordenado, con el material que utilizamos para desempeñar nuestra labor. Por otro lado, es importante evitar las malas relaciones entre compañeros pues esto solo genera tensión y malos resultados en el trabajo.
8. Automatiza tareas
Como en todo, los días de trabajo tienen claroscuros. Podemos disponer de tiempo para trabajar con tranquilidad o, por el contrario, puede que tengamos un día muy ajetreado. Para aprovechar nuestro tiempo de trabajo, podemos automatizar aquellas tareas que la tecnología nos permita.
Si quitamos las tareas repetitivas y manuales, dispondremos de tiempo de calidad para centrarnos en aquellas tareas que tienen un mayor valor.
9. Di que no.
Quizá esta tarea es una de las más importantes y, a su vez, de las más difíciles. Decir que no y planificar son conceptos que van de la mano.
Es cierto que el trabajo en equipo y la cooperación son fundamentales para conseguir resultados en un trabajo conjunto, pero no podemos cargar con la mala gestión del entorno que nos rodea. Debemos rechazar tareas insignificantes o poco importantes que solo nos supongan una pérdida de tiempo y un retraso de nuestras propias ocupaciones.
10. Celebra los resultados
Cada vez que cumplimos una tarea, estamos consiguiendo un objetivo. Celebrar cada pequeño éxito nos motivará para seguir el camino hacia el próximo. La motivación laboral es importante, pues implica compromiso y una mayor rendimiento.
Por último, pero no por ello menos importante, debemos darle importancia y protagonismo a nuestra cabeza. La mente es una parte de nuestro cuerpo que juega un importante papel cuando hablamos de creatividad. En la actualidad, la necesidad de producir constantemente se ha convertido en una preocupación real para muchos, por eso es necesario descansar la mente. Recuerda que ser productivo no es sinónimo de estar activo las 24 horas del día y la desconexión es un paso del proceso.