¿Eres de los que siente una adicción especial por los olores? Entonces este artículo sobre cómo y cuántas veces debes perfumarte en tu día a día, te interesa.
Seducir a través de la fragancia es una forma de cautivar, tal y como pretendía Jean-Baptiste Grenouille, el protagonista de “El Perfume”, una famosa novela de Patrick Süskind. Como bien sabrás, su objetivo principal residía en diseñar un perfume capaz de inspirar amor.
En realidad, el verdadero poder de un perfume es ser capaz de sublimar nuestro aroma natural. Por este motivo, desde Lester queremos ofrecerte algunos consejos sobre cómo perfumarse correctamente para lograr que el perfume dure lo máximo posible.
A muchos nos surgen las mismas dudas… ¿Cuál es el número adecuado de veces para rociar una fragancia? ¿Debemos rociarnos más o menos dependiendo del clima, la ocasión o el tipo de fragancia que estemos usando? ¿Y existe tal cosa como demasiado?
Parecen preguntas obvias, pero realmente no lo tienes tan claro, ¿verdad? Pues atiende, porque te enseñaremos algunos truquitos que quizá no conozcas. Hemos decidido que sería mejor basarnos en las opiniones de algunos expertos del mundo del perfume. ¡Sigue leyendo!
Cuestión de gusto personal y cultural
Algunos profesionales del sector consideran que puedes rociarte de perfume tantas veces como quieras, al menos así piensa Sr. Timothy Han. Según Timothy, algunas personas prefieren un aroma sutil, mientras que otros lo quieren tan fuerte que hasta sus vecinos saben qué llevan puesto.
También es cierto que a algunos de nosotros nos gusta utilizar más de un aroma al mismo tiempo pero, ¿cuál es la proporción ideal de cada uno? Para Emma South, experta en fragancias y estilo de vida de Jo Malone London, no hay baremos definidos ni reglas para ello, por eso hay descubrimientos tan emocionantes. Emma piensa que el método de elección es muy personal, desde usar varias colonias o partir de una capa base de aroma de gel de baño o loción corporal para luego rociar una fragancia diferente encima.
De todas formas, no todos aprecian la fragancia de la misma manera, como es el caso de las embarazadas, por ejemplo. Las mujeres en estado de embarazo alcanzan un agudo sentido del olfato, por lo que un olor más embriagador podría llegar a convertirse en el dolor de cabeza de otra persona.
Otro baremo que debemos considerar, sería la cultura o lugar donde nos encontremos. Por ejemplo en Japón, utilizar un aroma fuerte se considera de mala educación, mientras que en otros países, como puede ser en el Medio Oriente, prefieren embadurnarse en esa fragancia.
En definitiva, la forma en la que nos rociamos siempre será resultado de nuestro entorno cultural y de una expresión de individualidad y gusto propio.
Más perfume en días de frío y calor
Por sorprendente que parezca, los cambios de estación pueden afectar el poder de un aroma. Cuando hace frío con la llegada del otoño, la fragancia no se proyecta tan bien, al igual que en las olas de calor de verano que obligan a volver a perfumarnos de aromas refrescantes en climas cerrados y pegajosos que hacen que el aroma se evapore más rápido.
¿Qué partes rociar con perfume?
Las formas en las que nos perfumamos son diversas; algunos caminan hacia la “nube” del aroma, mientras que otros apuestan por los puntos de pulso o las llamadas zonas cálidas.
Aplicar el perfume en los puntos donde se suele tomar el pulso suele dar resultado, puesto que la sangre al bombear ayuda a que se disperse e impregne la fragancia sutilmente. Así como en la base del cuello, en la parte interior de las muñecas, en el pliegue del codo, en el lóbulo de las orejas…
Otra sugerencia es perfumarte nada más salir de la ducha, ya que el poro está dilatado y esto facilita la absorción del aroma. Hay quien aprovecha para rociar algunas prendas como las partes de arriba, o mismo en accesorios como los foulares. ¡Deja que penetre en tu vestimenta!
Nada de perfumarte en exceso
La “fatiga olfativa” existe y aparece tras usar un aroma concreto durante un tiempo, momento en el que se vuelve más complicado distinguirlo. Pero, ¿por qué sucede esto?
Según Edward Bodenham, director de perfumería de Floris · London, nuestro cerebro se adapta a nuestro olor personal, y por lo tanto se sintoniza con él. De esta forma, aunque no notemos que nuestro aroma sigue ahí, detectamos otros olores como la comida.
Lo ideal es comenzar con un aroma ligero, evitar rociarse en exceso, y así guiarnos por los comentarios de nuestra gente más cercana.
Ahora ya tienes una guía sobre cómo y cuántas veces debes perfumarte, ¿te ha resultado útil? ¿Eres de los que prefiere perfumar la ropa o apuestas por los puntos de calor? ¡Déjanos un comentario!
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