Es posible que el músculo menos entrenado sea la mente, cuando realmente ésta se encarga de gran parte del desempeño de un deportista. Por mucho que un atleta se encuentre en plena forma física, si la cabeza patina, la mente se desenfoca y se cansa rápido. De este modo, la preparación no habrá servido de nada. ¿Pero cómo podemos entrenar nuestra mente para evitarlo?
Es complicado encontrar un manual con un entrenamiento concreto. Según los expertos, debemos entrenar la mente a la par que las piernas, ya que es aquí donde reside su fortaleza para realizar los últimos esfuerzos. Por decirlo de otra forma, gracias a la mente llegamos a esa determinación para alcanzar nuestra meta y agotar nuestras últimas energías. Sin embargo, es más fácil decirlo que entender cómo se hace.
Cada persona tiene su forma personal de trabajar la mente. Es muy común el “hacerse zancadillas mentales” o fijarse limitaciones para justificar temores, como la comparación con otros, o la incapacidad de lidiar con el fracaso al no obtener los resultados esperados.
Cada corredor es un mundo, pero debemos entender que el trabajo mental consta de varios momentos. Por un lado, los trucos mentales que podemos usar para afrontar las etapas más duras de un entrenamiento o carrera. Por otro lado, debemos tener claro a qué se debe el autosabotaje que muchas veces nos hacemos y responder a una pregunta esencial: ¿por qué corremos?
Pensamientos negativos
Aquellos que estén acostumbrados a salir a correr, saben que el camino mental es variado, entretenido, disperso y concentrado. Surgen todo tipo de pensamientos, aunque la clave está en dejar “correr” tanto la mente como las piernas.
Claro está que surgen pensamientos negativos que provienen del subconsciente, y estos “deslices” se pueden identificar y enfrentarnos a ellos. Suelen venirnos a la cabeza algunas excusas como “no me encuentro bien”, “aún siento algo de dolor” o “no lo voy a lograr”, para no exigirnos y abandonar la carrera o acortar el entrenamiento.
Siempre hay un punto en el trayecto donde nos gustaría tirar la toalla, la cuestión está en superar e intentar ignorar y difuminar este pensamiento. Es entonces en ese preciso instante cuando debemos hacer un autoanálisis y cuestionarnos si efectivamente hay un conflicto emocional.
Lo primero que deberíamos hacer es “escuchar a nuestro cuerpo”, que suena extraño, pero así es. Para entrenar la mente hay que entrenar a conciencia el cuerpo, hacer la tarea indicada por el entrenador sin realizar sobreesfuerzos. Experimentar la sensación de entrenar a conciencia te otorgará seguridad en ti mismo; reconocer tu verdadero estado físico le da sentido de realidad.
Una vez comiences a preparar tu kit para salir a correr, realiza un calentamiento mental y valora tus sensaciones. Identifica si sientes o notas algo diferente en el cuerpo o en la mente y acéptalo: nerviosismo, ansiedad, sensación de pesadez, etcétera. Es importante verbalizar tu estado, comprendiéndolo para aliviar la carga y dentro de lo posible, identificar patrones.
La capacidad mental no es lo mismo que “fuerza mental”, que también es necesaria para afrontar los obstáculos del camino. En realidad, es la capacidad de identificar emociones y sensaciones, saber por qué corremos y hallar la motivación profunda para convertirla en fuente de inspiración. El discurso interno es muy poderoso, por eso si te encuentras con pensamientos negativos, debes entrenar la mente para inclinar la balanza hacia lo positivo.
Es imprescindible evitar que nuestras emociones sean el pretexto para saltarse el entrenamiento y transformarlas en un motivo para salir a correr. Posiblemente la soledad sea el mayor bache al que enfrentarse, pues cada uno tiene sus propios pensamientos y sólo nosotros conseguimos afrontar nuestros problemas internos. ¡Superarse a uno mismo es todo un reto!
¿Cómo ganar confianza?
Para ganar confianza en uno mismo, te recomendamos controlar las variables que estén en tus manos.
- Entrena anticipadamente las consecuencias. Realiza una simulación de la carrera, como la hora de salida, la ropa, la comida y la hidratación. Así conseguirás responder a ciertos imprevistos.
- Si vas a hacer una carrera, procura entrenar en las condiciones climáticas esperadas para ese día. ¿Vas a correr bajo la lluvia o será un día soleado?
- ¡Encuentra tu mantra! Esto es una palabra, un nombre o una canción que te inspire en los momentos más difíciles y repítelo rítmicamente.
- “Extraerse” del cuerpo al sentir “crecer la tormenta por dentro”. Debemos llevar el foco a lo externo, enfocar nuestra atención fuera de lo físico: fijar metas cortas para dividir el tramo, contar postes… Si llueve o hace un sol asfixiante, refúgiate internamente con tus recuerdos más gratificantes o momentos especiales: piensa en un viaje, en las personas que te quieren…
- ¡Mantén el chip positivo! Cuando sientas cansancio, en vez de pensar “aún me faltan tantos kilómetros”, dale la vuelta y piensa “llevo tantos kilómetros, ya solo me faltan otros tantos”. Parece una tontería, ¡pero funciona!
Por último, te aconsejamos conocer el área donde vas a correr. Échale un vistazo en internet o aplicaciones deportivas -Strava, Garmin, Polar- en recorridos virtuales. De lo contrario, estarás corriendo a ciegas y reconocer el entorno en el que te mueves te ayudará a seguir.
Tras estos consejos sobre cómo entrenar tu mente para salir a correr, ¿dirías que te han resultado útiles? ¡Déjanos un comentario con más ideas!